martes, 19 de abril de 2016

Arranca acá.

No cambio está vida por nada del mundo.

Vivir viajando no es fácil. Claro que pienso que nada en la vida lo es. Pero elegir vivir viajando es intenso, es estar dispuesto a vivir al 1000%, adaptarse a lo que tengas adaptar, y creeme, a veces cuesta el contexto al cual adaptarse.

Vivir viajando es elegir como ganarse la plata que te ayuda a seguir en movimiento, porque viajar no es gratis.
Podes elegir hacer arte callejero (o que te toque, como considero que me paso a mi), elegir exponerte con lo que haces. Es ganarte la plata luchando el día a día, como todos, pero dependiendo de la colaboración ajena. Es aceptar opiniones que no te van a gustar, puteadas a veces, caras de culo, "anda a laburar, vaga", y también fumarse secuencias, soportar autos que te quieren pasar por encima porque no desean ver un payaso en el semáforo.
Pero también es recibir miles de sonrisas, agradecimientos de todo tipo y formas (últimamente nos han regalado bastante chocolate), y un montón de  saludos de niños encantados de ver un poco de circo en la calle.

Vivir viajando no es cómodo. Es que te toque andar varios días, aunque no lo quieras, con la misma ropa, sucio, comiendo mal, sin plata, durmiendo en lugares feos que encima tenés que pagar, camas incómodas y a veces sucias. Es desear mucho un baño caliente y no encontrar más que duchas frías en lugares que la temperatura máxima es de 7 grados. Es querer un plato de comida casera y es tener que conformarse con un pan durante un rato.
Pero también es que te toquen lugares increíblemente cómodos en todo sentido. Lugares donde logras descansar todo lo que necesitas, donde te podés cocinar o incluso te invitan la comida, ¡lugares donde podés lavar la ropa en un lavarropas! Lo que menos me gusta de viajar es lavar tanto la ropa a mano. Lugares donde te reciben amigos, lugares donde te haces amigos, lugares mágicos, con ese "que se yo" que hacen que estés como en tu casa aunque estes a miles de kilómetros.

Vivir viajando es adaptarse, a lo que te toca, a lo que elegís, a los aciertos en decisiones tomadas y a los errores.
Es que te toque hacer dedo en el desierto durante todo el día y que nadie te levante, es preguntarte "¿qué mierda hago acá?" en más de una oportunidad.
Pero también es que te levanten, es que te ayuden, es que te pasen cosas buenas gracias a las cosas que no salen como lo planeado en primera instancia. Y es llegar a lugares alucinantes, que ni sabias que existían y es agradecer, constantemente, que bueno que estoy acá.

Vivir viajando es extrañar cosas de la vida que tenías antes de ser nómade. Momentos, instantes, lugares, personas.
Pero también es hacerte nuevos amigos, nuevos hermanos, nueva familia que va a llegar en el momento justo, en el momento que más lo anheles, y te van a dar ese abrazo que tanto necesitas, y vas a escuchar las palabras que quieras oír.

Vivir viajando te despierta la conciencia. Con lo bueno y lo malo que eso pueda significar. Te despierta la conciencia dormida entre tanto sistema capitalista y  amarillista. Tomar conciencia hace que necesites cambiar cosas de tu vida que necesitan ser cambiadas. Cosas externas y cosas internas.
Si tomas conciencia de cosas externas te vas a ver en la necesidad de cambiar como funcionan en vos tantos sistemas impuestos. Sistemas impuestos en alimentación, en educación, en medicina, en política, en religión, en cultura, etc, etc. Necesitas cambiar para que lo que haces vaya acorde a lo que pensas. A quien sos.
Es también querer cambiar el mundo, es darte cuenta que si no cambias vos, las cosas no cambian, y que si las cosas no cambian no le queda mucho (por no decir nada) tiempo a todo esto que conocemos. Es tener fe y esperanza de que si puede cambiar y también es entender que si no cambia también va a estar bien.
Y tomar conciencia de cosas internas es hacerte el mejor regalo que te podés hacer: es conocerte a vos mismo.
Es abrazarte. Es aceptarte, quererte, cagarte a pedos cuando es necesario. Es hacerte cargo de quien sos, quien fuiste y quien querés ser. Es hacerte cargo aunque cueste y duela. Es darte cuenta que la única salvación del ser es el arte.

Vivir viajando es hacer cosas que nunca creiste que ibas a  hacer, hacer cosas que no te creías capaz de hacer, es aceptar, es agradecer,  es ir más allá, es ir más adentro, es aprender todos los días, es escuchar, es callar, es hacer, es ser.

Vivir viajando no es fácil pero no cambio esta vida por nada del mundo.

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